El Día Mundial del Agua se origina en la Conferencia de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y el Desarrollo, en Río de Janeiro, Brasil del 3-14 Junio de 1992, después de la cual, La Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó el 22 de diciembre de 1992 la resolución por la que el 22 de marzo de cada año, fue declarado Día Mundial del Agua.
La celebración de este día tiene por objeto fomentar la comprensión de la medida en que el desarrollo de los recursos hídricos contribuyen a la productividad económica y al bienestar social.
El agua no es un tema menor, el agua es vital para la supervivencia del hombre y de todo el planeta Tierra.
Se entiende por agua potable la que es apta para beber y para los demás usos domésticos. Esta debe ser limpia e inodora, fresca y agradable. Debe contener algunos gases, especialmente aire y sales disueltas en pequeñas cantidades. No debe poseer materias orgánicas, gérmenes patógenos ni sustancias químicas.
Los problemas del agua se centran tanto en la calidad como en la cantidad. La comunidad debe conocer la importancia de la "calidad" de la misma, y también debe encargarse de su cuidado y preservación.
“Durante la última década, se estima que la cifra de personas que viven en centros urbanos y carecen de agua en casa o las inmediaciones ha aumentado en aproximadamente 114 millones de personas y, el número de personas que no tienen acceso a un saneamiento adecuado se ha incrementado en 134 millones de personas”, constata Ban Ki-moon.
Bajo el título “Agua para las Ciudades: Respondiendo al Desafío Humano”, la ONU buscará este martes destacar y alentar a los gobiernos, organizaciones, comunidades y personas, a participar para responder al desafío de la gestión del agua urbana.
En este día invitamos a todos los habitantes del mundo a reflexionar y actuar sobre la importancia de conservar y mejorar la distribución del vital líquido, al mismo tiempo que se replantea una relación más consciente y de mayor conocimiento con la naturaleza en aras de preservar la existencia humana.